12 junio 2009

Tía Julia

Viví con la tía Julia durante casi dos años y nuestra vida en conjunto estaba llena de sutilezas, humor, confianza y cálida compañía. En su casa, el espacio se tornaba de una placidez absoluta: sus riquísimas comidas, su modo de consentirme, los ratos que pasábamos viendo películas viejas, etc. Recuerdo su voz, su sorprendente vitalidad y ritmo cotidiano a sus 86 años. Las noches en que me revelaba su vida, familiares, amigos, anécdotas. Extraño su presencia.











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