03 septiembre 2010

Transparencia

De la región remota del sueño su nombre regresa ciertas mañanas. Se desliza por alguna grieta, reaparece en la boca. Se derrite cansado sobre la piel de la noche su nombre. Humo amoroso que estalla en este rostro mío donde aún te reconoces. 

28 agosto 2010

Volverás

La sala de mi casa huele a madera vieja. Me gusta la sala de mi casa, acostarme a leer en el sofá verde, hacer nada. Los libros desordenados en la biblioteca son con frecuencia una provocación arbitraria que obliga a ojearlos. Sostengo aquella novela de Bryce que me acompañó con nostalgia en lecturas pasadas y perdidas. En la sala de mi casa resuena el eco extinguido de reuniones festivas, de risas y ron, de confesiones olvidadas; acaso conserva la silueta de visitantes esporádicos que alguna vez estuvieron en la sala de mi casa. El verdor del balcón sirve de frontera para hacer de ésta mi refugio secreto. Me gusta abrir la ventana y dejar que entre la claridad, que resplandezca levemente este espacio mío donde el tiempo se dilata. Por la ventana no sólo entra la luz nublada de fuego, sino el ruido bestial del semáforo en la esquina. Suenan las escobas de los barrenderos en el pisito rojo, suenan las voces llamando a algún vecino. Cierro los ojos y me hundo en su ensueño precipitado. Algún día sé que volverás a la sala de mi casa, conversaremos mucho. Reiremos otra vez junto a las fotos de familiares antiguos que allí habitan. 

Desvelo

Nunca pude curarme de este insomnio poco confesado. Todos siempre duermen sus plácidos sueños de sábanas tibias, su descanso bien merecido. Yo, en cambio, no reposo de esfuerzo alguno, mi jornada laboral está lejos de dignificarme: no cumplo horario de oficina, ni tengo hijos que atender. Ahora que la noche congela mi carne, se paraliza mi cuerpo obstinado en estar fuera de la cama, en abrir los ojos frente a estas horas que no te regresan. En las madrugadas, los sonidos amortiguados de esta ciudad no consiguen sacarme del letargo. Nunca pude curarme de este insomnio poco confesado que se vuelve con los años adicción inútil, vejez anunciada. 
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